
Estas navidades, si, la época del consumo desenfrenado, se hablaba por todos lados de un regalo estrella, el libro electrónico.
No se si finalmente ha sido tan estrella o no, no conozco a nadie al que se lo hayan regalado y uno miraba por internet, rebuscaba y rebuscaba y no encontraba mucha oferta... por no decir nada.
Lo cierto es que, por el Metro de Madrid si que se empieza a ver cada día a más gente con uno de estos libros, la pantalla no tiene brillo, la lectura parece cómoda por este motivo y de tamaño es como un libro normal, con su fundita y todo es como si llevaras un libro más.
¿Y que pasa con el encanto de los libros de siempre?. Yo lo siento pero por el momento me niego a hacerme con uno de estos libros.
No rechazaré que pueden ser el futuro de la lectura, más cómodo, más económico, por supuesto que se puede hacer un bien al medio ambiente (aunque creo que las nuevas tecnologías y sus baterías y componentes hacen mucho más daño), pero yo me quedo con la aventura de ir pasando páginas mientras te llega ese olor especial del papel, el ir palpando con las manos que has llegado a la mitad del libro o en algunos casos la emoción de ver las pocas páginas que restan para el desenlace de la historia que nos ha embaucado y te traes entre manos, las estanterías de la habitación llenas de libros e historias.
Particularmente, cuando compro un libro me gusta firmarlo, hacerlo mio como si te compraras un coche o una casa, y ponerles la fecha en la que los hice mios; un pdf será leer, olvidar y borrar o perder.
El libro físico, firmado y fechado cuando lo abra saldrán recuerdos de épocas vividas, emociones...
En algunos otros libros nos da por hacer anotaciones a pie de página, o en los márgenes, reseñar una parte, ¿es posible eso con los ebook?.
"Ya que no tengo descendencia, señoras y señores, mis libros son mis hijos, a ellos he dedicado lo mejor de mi vida y, cuando muera, ellos y sólo ellos llevarán mi espíritu y mis sueños a las próximas generaciones."
-Una historia de amor y oscuridad, Amos Oz-